PROLOGO
ESCRIBE: CESAR LEVANO
La poesia peruana se ha cargado de intensidad dramática. La puebla ente todo un rumor urbanoque acarrea voces de amargura, ironía, sarcasmo. La martilla una pasión de lenguajeque a vceses se rebaja a exquisita retórica. El amor irrumpe en ella, aunque todavía suele ser tema de paso: de hotel.
En ese paisaje severo brota la poesía de Hernán Flores como uin puquio refrescante por tranquilidad de visión, limpidez expresiva y erotismo tierno. La suave modulación der sus palabras podría ser calificado de pastoril sino fuera proque debajo del cristal del dúo de amor murmuran otras voces, muchas voces.
Nos es grato comprobar en este joven poeta esa voluntad de escapr de ciertos manierismos generacionales, de construir y preservar un camino artístico distinto, y de lograr una sencillez que no equivalga a pobreza expresiva.
Hernán Flores es un joven revolucionario con mucha andanza peleadora y que pasó largas temporadas en Chile hasta que la barbarie fascista se instaló allí. Emociona saber que la rica experiencia no lo ha conducido a una poesía vociferantemente testimonial o epidérmicamente política. ¿ Cómo no sentirlo, no obstante, el resabio de dolor que hay un poema tan nupcial y gozoso como el XXIII?
La literatura peruana escrita en español no es particularmenete rica en poesía amorosa, Casi apagada ya la queja de Melgar, ¿ qué gran poema de amor ha dejado el locuaz Chocano? ¿ Dónde, sino en en muy pocos versos, está la lírica amatoria de César Vallejo?. Comátrese esto con la sola producción de Pablo Neruda y se tendrá una imagen de nuestra parquedad en la materia, así como la condición sombría que ha tenido entre nosotros el verso enamorado- como la vida misma - Lo mejor que allí podemos encontrar nos viene de ternura india o encendido verso antiguo español: Oquendo de Amat, Alejandro Romualdo, Mario Florián. Nos venía faltadndo la limpia sensualidad que se desborda en creadores de otras latitudes: Nicolás Guillén en Cuba, Paul Eluard o René Char en Francia.
Por eso mismo hay que registrar con atención y júbilo cómo las nuevas generaciones de poetas peruanos ingresan anchamente al poema de amor. Coin frecuencia, cierto es, el poeta joven confude la hermosura de lo veraz con el verismo pedestre. De entre esa gama mana ya la poesía amorosa nueva del Perú.
Varios signos indican que el tema será cada vez más frecuente - y más libre - porque entre nosotros el amor mismo se ve liberando de ataduras y tormentos acumulados en siglos de oscuridad e hipocresía.
En este corriente de amor nuevo en nuestra lírica se coloca el libro que ahora presentamos . He ahí una de las razones por la que saludamos este libro primigenio qu alza, en medio de las sombras de América, su canción de amor. No para acallar su combate, sino para darle voz.
César Lévano.
Octubre, 1977.
SOMOS
AVES
AL VIENTO
LA TEMPESTAD
EL MISMO RIO
EL CANTO REUNIDO
DE LOS HOMBRES
LAGO
CAMINO
Y SED
SOMOS
ALEJANDRA
I
Yo conocì tus ojos en la lluvia
Eramos parte del viento
y proclamamos
amor
la oceánica locura del mar
en la fiesta de países lejanos
Yo conocí tus ojos en la lluvia
cuando nos ordenaron
abandonar la exigencia de amarnos
y florecer los días venideros
Yo conocí tus ojos en la lluvia.
II
Hemos llegado
a la vieja ciudad
de los desesperados
y què ganas de cantar
en los parques
debajo de las bancas otoñales
o conversar
con las colegiales
que corren
fatigando su risa
entre libros
y canciones de amor
III
Estoy en los mercados
y las verduras
me recuerdan
la frescura de tus besos
anduvimos por estos rincones
entre las lechugas
el perejil
y los tomates
Estoy en los mercados
con el sabor del íntimo verano
IV
Cuando en los huertos
los grillos
cantan tu nombre
te multiplicas
paralela
a mi vida
en sus deseos
V
A qué hora duermes
Alejandra en este país
A qué hora
el río de nuestras bocas
se quedò sin territorio
y un lago de frío
crecó a nuestros pies
VI
Aprendí
a conocer
casas abandonadas
encendidas
por tu nombre
escrito
en las paredes
VII
Basta
el calor
de tus manos
para encender
el amanecer
en
todos
los huertos
del mundo
VIII
Todo se precisa
en el remanso de tu andar-canción
retratos
rios salvajes
maderas perdidas
tu cuerpo de ciruela
al persistente lluvia
Todo se precisa
de nuevo entre nosotros
los huertos en otoño
el paseo
por nuevas avenidas
la confidencia
a la hora del beso familiar
IX
Con mi corazón inflamado
en tus canciones
te amo
todos los días
dulcemente
continúas
en mi alma
elevándote
X
Amable pesadumbre
amiga mía
iangotable remanso de la vida
me capturas
con tu vestido azul
XI
Solo
tu nombre
melodía
de violines
en la puerta y los caminos
ahora
destruida
la ciudad
muerto el hermano
quemados
los conciertos
la espera del amor
y sus retornos
es tu nombre
rescatando los niños
desde el fuego
XII
Tu cuerpo
en el tiempo
como colibrí
vuela
revuela
y me atrapa
XIII
Hoy
te encuentro
relámpago
antes de la lluvia
y seguimos andando
sin protegernos
del viento
XIV
Nunca tuvimos
una noche
para los dos
pero mientras dormías
besé tu ritual intimidad
sobre
todos
los despojos
del amor
XV
Temprano
se va
la luz
en el adios
persiste
el último
fulgor-destello
detu sonrisa
XVI
Te acercas
a los ojos
de los que mueren
y rescatas
la vida
que nos dejan
en la última
mirada
XVII
Después de haber visto
envejecer
las ramas
Alejandra
cabalgamos
hasta los horizontes
y nuestra caravana
fue verso
en el alba
del grito
XVIII
Echaron al fuego
nuestro misterio
de nadar sujetos a este tiempo
y los pájaros
se burlaron de nosotros
cuando aferradas las manos
dijimos
Yo no quiero
perderme
sin tus ojos
XIX
Mariposa amazóniza
nos veremos
en el viento-naranja
canto-niño
mujer-universo
Hasta siempre
Te veré luego
con tu traje limón
cruzando un campo de manzanas
ENTRE LOS HUERTOS
( Este amor íntegro
Tan vivo todavía
Y pleno de sol
Es el tuyo
es el mío
Este que ha sido
Este algo siempre nuevo
Y que no ha cambiado
Tan verdadero como una planta
Tan tembloroso como un pájaro
Tan cálido tan vivo como el verano.
Jacques Prevert)
Mujer
es es el huerto
de todas
mi antiguas
palabras de amor
XX
Este es el huerto
donde
las palabras de amor
el olvido
las sábanas
la noche
derribaron
los muros
que guardaban
nuestra ternura.
Qué nos hicieron
Alejandra
nos dejaron
el vino sin dulzura
el amor
en escombros
en un minuto
tu risa
anduvo
por la otra mitad del mundo
XXI
Fumanos
nuestro tierno encuentro
en la cubierta
soledad de los huertos
Encontraremos
los grandes pies
de la noche
sentados
en la redondez del día
Sabrás que somos interminables
si
con estas manos
hacemos hermosa esta historia
XXII
Después de haber amado
las casas de la aldea
día a día
palmo a palmo
con la ternura que nos sobra
esta ciudad de los inviernos
alimenta
la frescura de sus huertos
XXIII
Celebraremos
pirísima
ceremonia
en la yerba
reverbera el tiempo
y en su rito
las voces
nos llaman
más allá
de la ceniza
y las angustias
que abandonamos
en todos los caminos
XXIV
Antes de la guerra
nuestra amabilísima
pasión
Un lenguaje de besos
vecino
alos idiomas del Planeta
El amor nuestro
íntima pestaña negra
cuando abrías tus grandes ojos
como la muerte
XXV
Se romperá la sangre
y esta tierra que habitamos
tendrá
viento matinal
en sus trigales
Después
tendremos por visita
un vuelo de alondras
bajo este mismo cielo
XXVI
Debajo
los muertos
las hojas
harina sin panadero
Todavía un puñado de tierra
con olor a jazmín
la pólvora asomándose
y la canción tuya
naciendo
de un río de canoas vacías
y tambores secos desde el alma
XXVII
Andando `
por el fuego
de viejos territorios
Descubrimos
el origen de nuestra sed
XXVIII
Cuando corrías por desiertos
y ciudades arrasadas
las espinas
te recordaron
renovar las ansias
y el corazón
a la salida del sol
XXIX
Color a tumba
a pueblo deshabitado
a manos sin memoria
Noche del oscuro firmamento
Grito inicial del amor
Sobre las calles
los cuadernos escondidos
XXX
Cuánto hace
que tu corazón
se marchó
Tierna fruta
que busco
para la hora familiar
Cuándo se marchó
tu corazón
XXXI
Tu
cuerpo
pais
de andariegos
habitantes
Contigo
poblaré
la vida
de gente
alegre
XXXII
Esta mañana
un sol
no acostumbrado
a nuestros ojos
entró
por la ventana grande
de nuestra dicha
con el tibio pan
y las frescas noticias
XXXIII
Arderá el sol
en su silla
vegetal
y toda
impaciencia
festejará
la llegada
de tu mirada
XXXIV
Vendrá el mar
con la canción
de tus huertos
y tendremos tiern hamaca
en la intimidad
Un acordeòn de olas
besará tu cuerpo
y arrullado el sueño
nos miraremos
diciendo adios
a la tristeza
XXXV
Ocultaremos
tu presencia
Si acaso
arrebatarla
quieren
los oscuros
enemigos
de
tu
canción.
lunes, 30 de abril de 2007
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