lunes, 30 de abril de 2007

POEMARIO: ALEJANDRA ENTRE LOS HUERTOS

PROLOGO

ESCRIBE: CESAR LEVANO

La poesia peruana se ha cargado de intensidad dramática. La puebla ente todo un rumor urbanoque acarrea voces de amargura, ironía, sarcasmo. La martilla una pasión de lenguajeque a vceses se rebaja a exquisita retórica. El amor irrumpe en ella, aunque todavía suele ser tema de paso: de hotel.
En ese paisaje severo brota la poesía de Hernán Flores como uin puquio refrescante por tranquilidad de visión, limpidez expresiva y erotismo tierno. La suave modulación der sus palabras podría ser calificado de pastoril sino fuera proque debajo del cristal del dúo de amor murmuran otras voces, muchas voces.
Nos es grato comprobar en este joven poeta esa voluntad de escapr de ciertos manierismos generacionales, de construir y preservar un camino artístico distinto, y de lograr una sencillez que no equivalga a pobreza expresiva.
Hernán Flores es un joven revolucionario con mucha andanza peleadora y que pasó largas temporadas en Chile hasta que la barbarie fascista se instaló allí. Emociona saber que la rica experiencia no lo ha conducido a una poesía vociferantemente testimonial o epidérmicamente política. ¿ Cómo no sentirlo, no obstante, el resabio de dolor que hay un poema tan nupcial y gozoso como el XXIII?
La literatura peruana escrita en español no es particularmenete rica en poesía amorosa, Casi apagada ya la queja de Melgar, ¿ qué gran poema de amor ha dejado el locuaz Chocano? ¿ Dónde, sino en en muy pocos versos, está la lírica amatoria de César Vallejo?. Comátrese esto con la sola producción de Pablo Neruda y se tendrá una imagen de nuestra parquedad en la materia, así como la condición sombría que ha tenido entre nosotros el verso enamorado- como la vida misma - Lo mejor que allí podemos encontrar nos viene de ternura india o encendido verso antiguo español: Oquendo de Amat, Alejandro Romualdo, Mario Florián. Nos venía faltadndo la limpia sensualidad que se desborda en creadores de otras latitudes: Nicolás Guillén en Cuba, Paul Eluard o René Char en Francia.
Por eso mismo hay que registrar con atención y júbilo cómo las nuevas generaciones de poetas peruanos ingresan anchamente al poema de amor. Coin frecuencia, cierto es, el poeta joven confude la hermosura de lo veraz con el verismo pedestre. De entre esa gama mana ya la poesía amorosa nueva del Perú.
Varios signos indican que el tema será cada vez más frecuente - y más libre - porque entre nosotros el amor mismo se ve liberando de ataduras y tormentos acumulados en siglos de oscuridad e hipocresía.
En este corriente de amor nuevo en nuestra lírica se coloca el libro que ahora presentamos . He ahí una de las razones por la que saludamos este libro primigenio qu alza, en medio de las sombras de América, su canción de amor. No para acallar su combate, sino para darle voz.

César Lévano.

Octubre, 1977.


SOMOS
AVES
AL VIENTO
LA TEMPESTAD
EL MISMO RIO

EL CANTO REUNIDO
DE LOS HOMBRES

LAGO
CAMINO
Y SED

SOMOS

ALEJANDRA

I

Yo conocì tus ojos en la lluvia
Eramos parte del viento
y proclamamos
amor
la oceánica locura del mar
en la fiesta de países lejanos

Yo conocí tus ojos en la lluvia

cuando nos ordenaron
abandonar la exigencia de amarnos
y florecer los días venideros

Yo conocí tus ojos en la lluvia.


II

Hemos llegado
a la vieja ciudad
de los desesperados

y què ganas de cantar
en los parques
debajo de las bancas otoñales

o conversar
con las colegiales
que corren
fatigando su risa
entre libros
y canciones de amor


III


Estoy en los mercados
y las verduras
me recuerdan

la frescura de tus besos

anduvimos por estos rincones
entre las lechugas
el perejil
y los tomates

Estoy en los mercados
con el sabor del íntimo verano



IV

Cuando en los huertos
los grillos
cantan tu nombre

te multiplicas

paralela
a mi vida
en sus deseos

V

A qué hora duermes
Alejandra en este país

A qué hora
el río de nuestras bocas
se quedò sin territorio

y un lago de frío
crecó a nuestros pies

VI

Aprendí
a conocer
casas abandonadas

encendidas
por tu nombre

escrito
en las paredes

VII

Basta
el calor
de tus manos

para encender
el amanecer
en
todos
los huertos
del mundo

VIII

Todo se precisa
en el remanso de tu andar-canción

retratos
rios salvajes
maderas perdidas
tu cuerpo de ciruela
al persistente lluvia

Todo se precisa
de nuevo entre nosotros

los huertos en otoño
el paseo
por nuevas avenidas

la confidencia
a la hora del beso familiar


IX

Con mi corazón inflamado
en tus canciones

te amo

todos los días
dulcemente
continúas
en mi alma

elevándote


X

Amable pesadumbre
amiga mía
iangotable remanso de la vida

me capturas

con tu vestido azul

XI

Solo
tu nombre

melodía
de violines
en la puerta y los caminos

ahora

destruida
la ciudad
muerto el hermano
quemados
los conciertos
la espera del amor
y sus retornos

es tu nombre
rescatando los niños
desde el fuego


XII


Tu cuerpo
en el tiempo

como colibrí

vuela
revuela
y me atrapa


XIII

Hoy
te encuentro

relámpago
antes de la lluvia

y seguimos andando

sin protegernos
del viento


XIV

Nunca tuvimos

una noche
para los dos


pero mientras dormías
besé tu ritual intimidad

sobre
todos
los despojos
del amor

XV


Temprano
se va
la luz

en el adios

persiste
el último
fulgor-destello
detu sonrisa



XVI

Te acercas
a los ojos
de los que mueren

y rescatas

la vida
que nos dejan
en la última
mirada



XVII


Después de haber visto
envejecer
las ramas

Alejandra

cabalgamos
hasta los horizontes
y nuestra caravana

fue verso
en el alba
del grito


XVIII

Echaron al fuego
nuestro misterio
de nadar sujetos a este tiempo

y los pájaros
se burlaron de nosotros

cuando aferradas las manos

dijimos

Yo no quiero
perderme
sin tus ojos


XIX

Mariposa amazóniza

nos veremos

en el viento-naranja
canto-niño
mujer-universo



Hasta siempre


Te veré luego
con tu traje limón
cruzando un campo de manzanas




ENTRE LOS HUERTOS

( Este amor íntegro
Tan vivo todavía
Y pleno de sol
Es el tuyo
es el mío
Este que ha sido
Este algo siempre nuevo
Y que no ha cambiado
Tan verdadero como una planta
Tan tembloroso como un pájaro
Tan cálido tan vivo como el verano.
Jacques Prevert)


Mujer
es es el huerto


de todas


mi antiguas
palabras de amor



XX

Este es el huerto
donde
las palabras de amor
el olvido
las sábanas
la noche
derribaron
los muros
que guardaban
nuestra ternura.

Qué nos hicieron

Alejandra


nos dejaron
el vino sin dulzura
el amor
en escombros
en un minuto
tu risa
anduvo

por la otra mitad del mundo



XXI


Fumanos
nuestro tierno encuentro
en la cubierta
soledad de los huertos



Encontraremos
los grandes pies
de la noche

sentados
en la redondez del día

Sabrás que somos interminables

si

con estas manos

hacemos hermosa esta historia



XXII


Después de haber amado
las casas de la aldea


día a día
palmo a palmo


con la ternura que nos sobra
esta ciudad de los inviernos


alimenta

la frescura de sus huertos


XXIII


Celebraremos
pirísima
ceremonia
en la yerba


reverbera el tiempo
y en su rito
las voces
nos llaman


más allá


de la ceniza


y las angustias
que abandonamos
en todos los caminos



XXIV

Antes de la guerra
nuestra amabilísima
pasión


Un lenguaje de besos
vecino
alos idiomas del Planeta


El amor nuestro
íntima pestaña negra

cuando abrías tus grandes ojos
como la muerte



XXV


Se romperá la sangre

y esta tierra que habitamos

tendrá
viento matinal
en sus trigales

Después

tendremos por visita
un vuelo de alondras
bajo este mismo cielo



XXVI



Debajo
los muertos
las hojas

harina sin panadero


Todavía un puñado de tierra
con olor a jazmín



la pólvora asomándose


y la canción tuya

naciendo

de un río de canoas vacías
y tambores secos desde el alma




XXVII

Andando `
por el fuego
de viejos territorios

Descubrimos
el origen de nuestra sed


XXVIII


Cuando corrías por desiertos
y ciudades arrasadas

las espinas
te recordaron
renovar las ansias
y el corazón
a la salida del sol



XXIX


Color a tumba
a pueblo deshabitado
a manos sin memoria

Noche del oscuro firmamento

Grito inicial del amor

Sobre las calles
los cuadernos escondidos


XXX


Cuánto hace
que tu corazón
se marchó


Tierna fruta
que busco
para la hora familiar


Cuándo se marchó
tu corazón



XXXI


Tu
cuerpo
pais
de andariegos
habitantes

Contigo
poblaré
la vida
de gente
alegre


XXXII


Esta mañana
un sol
no acostumbrado
a nuestros ojos

entró


por la ventana grande
de nuestra dicha

con el tibio pan
y las frescas noticias


XXXIII


Arderá el sol
en su silla
vegetal


y toda
impaciencia


festejará

la llegada
de tu mirada


XXXIV



Vendrá el mar
con la canción
de tus huertos

y tendremos tiern hamaca

en la intimidad


Un acordeòn de olas
besará tu cuerpo

y arrullado el sueño

nos miraremos

diciendo adios

a la tristeza


XXXV


Ocultaremos
tu presencia

Si acaso
arrebatarla
quieren

los oscuros
enemigos
de
tu
canción.